Vida sustentable

por Ronny Acevedo

Algo que define a la Comunidad Ecológica de Peñalolén es su esfuerzo por mantener una vida sustentable y en armonía con el medioambiente precordillerano de la Zona Central de Chile, en una ciudad que sigue creciendo.

Parte de nuestra identidad es el entorno natural, grandes árboles y mucha vegetación que albergan gran cantidad de fauna silvestre, lo que se ha logrado al disminuir la contaminación lumínica en la noche (no existe luminaria pública). Por otro lado, la mayoría de nuestras casas han sido construidas con materiales reciclados (maderas, puertas, ventanas) y con barro, tipo adobe.

Innovación en reciclaje

De forma más reciente, la Comunidad Ecológica implementó un modelo único en Chile denominado “Reciclaje a tu Puerta”, donde una recicladora base recorre las calles y caminos de este lugar tres veces a la semana, recogiendo diferentes productos reciclables de manera remunerada. El modelo está siendo estudiado por otras entidades y comunas para poder transferirlo a otras realidades.

Además, muchas familias han desarrollado en sus casas, sistemas de compostaje, vermicomposteras, huertos e invernaderos y sistemas de tratamientos de aguas servidas (por ejemplo, el Sistema Tohá). En general, el concepto de reciclaje y economía circular ha crecido enormemente en los últimos años, generando grupos internos activos d e intercambio de conocimientos y actividades, transformando así, a nuestro barrio en un referente al respecto.

Corredor Biológico

A lo largo de los años, la Comunidad Ecológica ha decidido luchar contra la especulación inmobiliaria de parte del sector público y privado, que intentan construir dentro de la comunidad según parámetros totalmente diferentes a los nuestros, arrasando con flora y fauna y

presentando un riesgo para la población en términos de habitabilidad.

Además, la Comunidad Ecológica y su entorno son un verdadero colchón que absorbe escurrimientos de agua y la degradación ambiental. Pero, sobre todo, entre nuestro barrio y la Quebrada de Macul se encuentra uno de los pocos “Corredores Biológicos” que existen en la Zona Central de Chile, el que permite mantener una serie de especies de flora y fauna que prácticamente ya no se ven en Santiago. Incluso, este corredor posibilita que parte de ese activo endémico llegue a diversas comunas de la capital de Chile. Su pérdida sería una verdadera desgracia para uno de los pocos pulmones naturales de la Región Metropolitana.